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El mayor obstáculo de la Ley de Dependencia radica en la financiación

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El libro la “Ley de Dependencia y su aplicación en Extremadura”, de la profesora Julia María Díaz Calvarro”, ha sido presentado en el marco de la Feria del Libro de Cáceres. Extremadura no cuenta con una infraestructura de atención al dependiente

 

30/04/2015. La Ley de Dependencia y su aplicación en Extremadura es un trabajo de investigación realizado por Julia María Díaz Calvarro, profesora de la Universidad de Extremadura, que ha recibido el Premio de la Modalidad Ciencias Sociales y Jurídicas de los III Premios Investigación de la Fundación Caja Extremadura 2014.

Hoy lo ha presentado en la Feria del Libro de Cáceres, acompañada del director del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura, Alfonso Pinilla, servicio que ha editado el trabajo. En su intervención, Pinilla ha declarado que se trata “de una obra sistemática de investigación, muy bien escrita y estructurada. Es un trabajo de gran calidad que nos enorgullece presentar”. El director destacó “el gran interés social del libro porque plantea retos. El principal, valorar si la Ley de Dependencia tiene cabida en un sistema de bienestar que está desapareciendo”.

La autora expone que “con sus luces y con sus sombras ha sido la primera norma que ha definido la dependencia y ha abordado la situación del dependiente y sus familias, que hasta ese momento era competencia de la Seguridad Social.” Sostiene que gracias a la ley se ha visualizado una situación que era en parte desconocida hasta el momento y que no había sido abordada por el Estado tan directamente.

La Ley de Dependencia supone una respuesta a la situación demográfica de España y por esta razón, entendiendo que hay necesidades y demandas que cubrir entre la población, se ha convertido en una prioridad no sólo para el Estado español, sino para todos los países desarrollados del entorno. Por esta razón, desde la Unión Europea se hace imprescindible una política conjunta para trabajar de manera unificada entre todos los países.

Según la opinión de la autora, el desarrollo y la gestión de la ley en su implantación no ha sido la más correcta, debido a que la misma “se promulgó sin tener una red de centros y unas infraestructuras mínimas para cubrir unos objetivos mínimos. Pretendía una coordinación entre distintas Administraciones Públicas que no siempre es fácil y más tratándose de temas de financiación. A todo lo anterior debemos añadir el impacto que la crisis ha tenido sobre determinados ámbitos, en este caso el asistencial”.

“La demanda de dependientes crece y el calendario que marcó en su momento la Ley de dependencia suponía una implantación gradual del sistema, según los grados y niveles de dependencia” explica Julia Mª Díaz. Por esta razón, al no haberse cumplido como tal el calendario propuesto en un primer momento, actualmente hay “una gran bolsa de dependientes que no están siendo atendidos y esto es general para todas las comunidades autónomas, aunque con matices”.

El mayor obstáculo con el que esta Ley se ha encontrado es la financiación debido a la llegada de la crisis económica y con ella los recortes en Sanidad y Dependencia.  “El Sistema de Atención al Dependiente tal y como estaba planteado suponía primar la atención al dependiente de forma profesional frente al cuidador familiar, pero no había una red de centros para la atención de dependientes.” La autora afirma además que “la Dependencia supone un nicho de nuevos puestos de trabajo, primero en la construcción de infraestructuras y más tarde en la atención a los mayores y discapacitados generando riqueza y descongestionando, por otra parte, el sistema sanitario”.

El caso extremeño

Extremadura cuenta con un déficit importante debido a que no dispone de una infraestructura de atención al dependiente, por lo que en general, se dan ayudas económicas que sustituyen al servicio cuando éste no se puede prestar. A pesar de ello, Julia considera que “el aspecto más positivo ha sido la creación del Servicio Extremeño de Atención a la Dependencia (SEPAD), que coordina, valora y atiende a los dependientes extremeños.” Lamenta que a día de hoy, debido a la falta de inversión en Dependencia, sean principalmente las mujeres las que atienden a sus familiares y, por tanto, “ven cortadas sus posibilidades de tener una vida profesional, sin olvidar que incide de forma negativa en su vida personal”.

Como conclusión, la profesora subraya que se debe “valorar la aplicación de la ley de Dependencia y volver a plantear un Sistema de Dependencia, que además de ser sostenible, tiene que mirar al largo plazo” debido a que “la población dependiente se va a duplicar en pocos años”, por lo que se necesita un Sistema propio con la participación de todas las Administraciones Públicas, incluso del sector privado.

La autora sostiene “que hay que destacar el cambio de enfoque hacia una asistencia profesional frente a la familiar que recae hoy, fundamentalmente en la población femenina y que, no teniendo esa obligación puede ingresar en la población activa”. Díaz insiste “en que la dependencia puede generar empleos tanto directos como indirectos con todo lo que ello conlleva de positivo a nivel social y económico”.