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Hallan la respuesta a la persistencia del sexo en la biología evolutiva

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El modelo de reproducción sexual llamado por los científicos “no costoso”, en el que los machos ayudan en la producción y cuidado de las crías, ha permitido la persistencia del sexo

 

15/07/2015. La evolución del sexo ha sido para muchos científicos en biología evolutiva la principal cuestión sin resolver, porque la recombinación no puede proporcionar doble beneficio a nivel individual que supere el coste sexual relativo con respecto a la reproducción asexual. Los investigadores de la Universidad de Extremadura, Juan Carranza y de la Universidad Rey Juan Carlos, Vicente Polo, han presentado una nueva perspectiva a través de un modelo que comprende no solo asexualidad contra sexo con “doble coste”, sino también modos sexuales “sin coste”, como es el caso de la monogamia con cuidado biparental. Su investigación publicada en la revista Open Science, perteneciente a la Royal Society, concluye que la interacción entre estos tres modos reproductivos produce dinámicas de tipo piedra-papel-tijera, donde la asexualidad no puede eliminar el sexo. Para los investigadores, estos resultados pueden resolver la pregunta que desde hace más de 40 años se plateaban los científicos, por qué el sexo no fue desplazado por la asexualidad a lo largo de la evolución.

El llamado “doble coste” existe cuando los machos no contribuyen a producir crías, son poligínicos y compiten entre ellos por conseguir pareja. Este tipo de reproducción sexual tiene una productividad del 50% comparada con el linaje asexual en el cual todos los individuos producen descendientes. Este doble coste de la reproducción sexual no aparece compensado por un doble beneficio como en la asexualidad. Entonces, ¿por qué el sexo ha perdurado y no se ha extinguido?  Para responder a ello, los investigadores han desarrollado un modelo que crea un espacio virtual donde compiten individuos con tres modos de reproducción: sexual tipo "costosa", asexual y modelo "no costoso", que es más productivo donde los machos aportan parte de su presupuesto a la producción de crías – por ejemplo aves monógamas en las que los machos ayudan a la hembra a alimentar a los polluelos-.

La interacción entre reproducción asexual y sexo costoso tiene como consecuencia que el sexo se extingue, pero la triple interacción incluyendo al sexo no costoso, lo que no se había hecho hasta ahora, tiene como resultado la persistencia del sexo. Según explica Juan Carranza, si predomina el tipo costoso en la población, la productividad general baja e invade la asexualidad, hasta que al reducirse el número de machos poligínicos – los que tienen más de una pareja sexual- el sexo no costoso puede tomar el relevo, y así sucesivamente.