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Caracterizados modelos de construcción para el mantenimiento sostenible de las casas del Valle del Jerte

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La autora de la tesis doctoral “Rehabilitación sostenible de la arquitectura tradicional del Valle del Jerte”, Beatriz Montalbán, ha analizado in situ la construcción y tipología de muchas de las casas existentes en los once municipios de la comarca

 

21/03/2017. El Valle del Jerte, en la provincia de Cáceres, es una muestra viva de arquitectura tradicional y popular. Pero no sólo eso, del mismo modo, es un claro ejemplo de cómo el ser humano ha sido capaz, a pesar de que las condiciones no eran buenas (temperaturas frías, humedad…), de adaptarse y adecuar el espacio en el que habitaba.

De hecho, como explica la autora de este trabajo de investigación, la profesora Beatriz Montalbán,  “ahora vamos a las viviendas de las zonas de montaña, construidas mediante las técnicas tradicionales y nos encontramos a gusto, incluso en verano observamos que los hijos se van a las casas de sus padres en las afueras de estos pueblos porque están mejor. Y, en invierno, igual, encendemos una chimenea y la energía se mantiene. Mientras que las facturas energéticas son imposibles de asumir por las personas que construyen casas nuevas, estas sí se podían costear”.

Esto marca una clara diferencia entre las técnicas arquitectónicas utilizadas hoy en día y las empleadas antaño en viviendas que, en muchos casos, ya están en desuso. Precisamente por eso, Montalbán, a través de su tesis doctoral, ha querido, por un lado, mantener el patrimonio extremeño y evitar su abandono y por otro lado, demostrar que estos edificios (en muchos casos abandonados), funcionan muy bien energéticamente (con bóvedas, solanas, chimeneas, muros de carga, etc.).

Para ello, era preciso comenzar creando un modelo ideal de casa. “La tarea no fue fácil. En el Jerte hay unas 3.000 viviendas, por eso a partir de su tipología y realizando una serie de mediciones, generamos cuatro modelos. Con esto obtuvimos datos sobre las condiciones de temperatura de estas casas (hacia dónde van, por dónde se pierde…) y pudimos realizar diversas combinaciones”, ha especificado Montalbán.

Una vez establecido los modelos, y a través del software de simulación “Design Builder”, la autora comenzó a probar cómo podían influir en el comportamiento de estos cuatro modelos de vivienda la existencia o no de ciertos elementos, “como por ejemplo, quitando la solana o quitando el grano que se acumula en las casas, cambiando el tamaño de las ventanas…”. De esta forma, se ha logrado determinar qué condiciones son las más favorables sobre todo desde un punto de vista energético.

Concretamente, se han analizado poblaciones como Piornal (más de montaña) o Navaconcejo y Cabezuela con la idea de pedir a los ayuntamientos que, a la hora de rehabilitar las viviendas, tengan en cuenta los modelos de casas “que hemos definido para salvaguardar esas condiciones históricas que las dotaban con unas características de temperatura óptimas”.

El Jerte ha sido el espacio objeto de estudio escogido por ser un valle que tiene unas características bioclimáticas así como una orientación geográfica con una radiación solar muy positiva tanto en verano como en invierno. “Esto me sirvió para iniciar el método. Pero lo que yo quiero es que se extienda, para poder aplicarse en otras viviendas similares”.