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Florentino Blázquez: "los mayores aprenden con gran entusiasmo si se les sabe motivar"

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Entrevista al director del programa de Mayores de la UEx, una de las Medallas de Extremadura anunciadas para este año

 

La concesión de la medalla de Extremadura  al Programa de Mayores de la UEx era, desde hace años, una petición de buena parte de la sociedad extremeña.  ¿Le ayudará este reconocimiento a seguir trabajando y mejorar la calidad del Programa?

El entusiasmo de los alumnos y la difusión que hacen de sus bondades tal vez ha creado un cierto sentido de obra merecedora de algún reconocimiento.  La concesión de la medalla lo consideramos un honor que claro que nos compromete más con la sociedad extremeña, y particularmente con las personas mayores, que hasta el presente.

La Universidad de Extremadura fue una de las pioneras en iniciar este tipo de proyectos. ¿Le satisface que la UEx haya sido una las primeras universidades nacionales en apostar por la idea de formar a los Mayores?

En el año1997 cuando presentamos el proyecto o en el 98 cuando fue aprobado era innovador aceptar a alumnos mayores en la universidad, suponía abrir la universidad a todas las edades, democratizar más el conocimiento... Eso, creo, era lo pionero.

¿Cuáles cree que han sido los principales objetivos que ha logrado nuestra particular Universidad de Mayores desde su puesta en marcha? Quizás una de las claves del éxito haya sido contar con diferentes sedes repartidas por toda la geografía regional  y un profesorado de gran nivel.

Hemos logrado hacer real el principio en el que fundamentamos el proyecto: la educación a lo largo de la vida y hemos comprobado que los mayores aprenden con gran entusiasmo si se les sabe motivar... Y hemos logrado que el deseo de aprender y el acceso al conocimiento sea un objetivo perseguido por más de 4.000 extremeños mayores de 55 años y por personas de 91 ó 92 años disfrutando de los aprendizajes que les sabe aproximar esta "moderna" universidad.

Las siete sedes extendidas por toda la región, aunque nos obligan a un serio trabajo de coordinación  de más de 160 profesores, algunos de los cuales enseñan en sedes alejadas de su facultad, claro que colabora en su accesibilidad, en la democratización del conocimiento y, sin duda, es otra de las claves del éxito y del reconocimiento, acaso excesivo en esta ocasión. Aunque muy de agradecer.

Llama la atención el elevado número de actividades que genera el Programa y los intercambios tan fructíferos que desarrollan con otras universidades españolas y portuguesas. ¿Cómo se mantiene la ilusión por aprender a edades avanzadas?

Sí. Sabíamos que si a una persona, aunque sea de edad, se le motiva, puede hacer de todo. Lo que ha superado las teorías del tratamiento de los adultos es la casi hiperactividad que desarrollan: sean las clases, las más diversas materias, los viajes de estudio, el coro, hacen una revista, realizamos intercambios, tipo Erasmus, con programas análogos de Portugal (Oporto, Leiria..) o en España (universidades de Salamanca, Oviedo..) y ya viajamos hace años tras las huellas de Francisco Pizarro al Perú y no descartamos futuros viajes por los caminos que hollaron ilustres extremeños... Tienen talleres de informática, de plástica, de teatro, han creado dentro del Programa un grupo de senderismo,   etc.

Nuestros Mayores forman parte ya de la vida de nuestros campus, junto a los alumnos más jóvenes. ¿Existe una buena comunicación entre ellos?

La verdad es que la convivencia es físicamente obligada (en los pasillos de las aulas, en la cafetería), y hablan más a demanda de los mayores, interesándose por los estudios de los jóvenes, hablan de los profesores comunes, hay  alumnos jóvenes que vienen a clase y traen a sus abuelos, etc.,  pero se podría mejorar con actividades compartidas que no  descartamos para el futuro.

Hay algún tipo de perfil común a los alumnos que cursan el Programa. ¿Qué anhelos les unen a la mayoría?

En una visión de conjunto hay dos tipos de personas. Unos que vienen a disfrutar de una institución, la universidad, que no pudieron disfrutar cuando jóvenes. Y otros, que a pesar de haber realizado estudios, les gusta recordar materias que les sorprenden por los nuevos planteamientos de las mismas, por novedades del desarrollo de la ciencia en general... Y se encuentran tan atraídos como los primeros. A todos les une la ilusión de aprender, de convivir, de disfrutar con mayor riqueza de propuestas novedosas para su tiempo libre....

Numerosos alumnos han manifestado su intención de no querer finalizar nunca sus estudios y mantener el vínculo con su Universidad. ¿Cómo se atiende a estudiantes tan positivamente inconformistas?

Ciertamente. El Proyecto que en su día presentamos era de tres cursos de duración. Pidieron y consiguieron que fuese de cinco cursos, pero aun así desean continuar en la universidad para lo que hemos tenido que crear lo que llamamos "posgrado", que son cursos monográficos distintos cada año para los que continúan viniendo a las aulas, también a los talleres, etc.. Un alumno me decía el año pasado: “soy de décimo, Florentino”. Y presentándoles temas interesantes, claro que desean continuar... Son tan razonables y tan  positivamente inconformistas –como bien dices- que  es difícil no atender a la inundación de propuestas creativas que nos llegan a través de sus delegados, con quienes nos reunimos periódicamente  a evaluar el desarrollo del Programa. Muchas podemos incorporarlas y otras no.. Pero de este modo vamos dándonos nuestras propias normas, que han evolucionado con el tiempo y siempre pueden ser objeto de revisión. Ni la Universidad ni la Junta, nuestros patrocinadores, nos imponen norma alguna. Y ya ven que ambas tienen en una gran estima al Programa. Eso nos estimula y nos compromete, claro está.