Como todos los años, hemos celebrado el pasado 18 de Octubre, en la Facultad de Medicina el día de su Patrón, San Lucas. Intentaré profundizar en la personalidad de nuestro Patrón, por considerarle de interés, para conocer algo más de la auténtica vinculación de San Lucas con la Medicina.

      San Lucas nació en Antioquía (Siria), durante el siglo primero de nuestra era. De ascendencia griega, poseía una gran cultura, era médico de profesión y gran conocedor de las costumbres judías. Se le ha considerado siempre como escritor de gran talento y meticuloso historiador. Es autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles, en los que describe los orígenes del Cristianismo. Como escritor resulta muy agradable y fácil de leer, y su estilo es el más hermoso del Nuevo Testamento. Sin duda, su Evangelio es el de prosa más bella: son 1.200 renglones escritos en excelente estilo literario.

      El historiador Eusebio, destaca:“…tuvo relaciones con todos los apóstoles y era muy solícito”. De esta sensibilidad y disponibilidad suyas hacia el prójimo, nos da testimonio el mismo San Pablo, unido a él por una gran amistad.

      En su Epístola a los Colosenses, leemos: “Os saluda Lucas, médico muy amado”. Probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol, ya que le acompañó en sus cuatro famosos viajes. En su evangelio demuestra una gran estima por la mujer. También ha recibido el nombre de “evangelio de abajo”, porque en él, Jesús es representado en compañía de los pequeños,d e los enfermos, de los pobres y de los pecadores arrepentidos.

      Se cree que murió soltero, en Beocia (Grecia), a los 84 años, y sus reliquias se encuentran en la Basílica de Santa Justina, en Padua, Italia.

      San Lucas es representado por el buey alado y a veces se le representa también pintando un icono de la Virgen.

      Una de las actividades más desconocidas, pero no por ello menos importante en la biografía de San Lucas, es su ejercicio profesional como físico (como se llamaba entonces al médico), que a lo largo de la historia del Cristianismo ha quedado semioculta en un segundo o tercer plano del desarrollo de su personalidad, del que se han destacado fundamentalmente sus facetas de escritor evangelista y pintor de la Virgen María. Realizó sus estudios relacionados con las ciencias médicas durante su juventud, ampliando y especializando sus conocimientos merced a sus viajes por Grecia y Egipto, las zonas de mayor nivel científico de su época, que contaban con una tradición secular en este campo de la medicina. San Jerónimo asegura que Lucas era muy competente en su profesión, lo que hace suponer que dedicó mucho tiempo al estudio. Su formación cultural y humanística se refleja en el estilo de sus libros, y así su Evangelio está escrito en un griego sencillo, limpio y bello, rico en términos ausentes en los restantes Evangelios.

      Además de los médicos y cirujanos que aluden siste- máticamente al patronazgo de San Lucas, debido a su primitivo oficio como Médico, otras profesiones también lo tienen como Patrón: los notarios, a causa de su faceta literaria, sobre todo por los “Hechos de los Apóstoles”, al parecer realizada al dictado de San Pablo; los pintores e iluminadores (Lucas significa “luminoso, iluminado”, del latín “luce” = luz) lo honran por su labor de retratista de la Virgen María; y los carniceros y encuadernadores, con motivo de su símbolo parlante, el buey alado, que los primeros utilizan por su carne, y su piel es empleada, por los segundos, para la encuadernación de los libros.

      La representación iconográfica de San Lucas como profesional de la medicina es muy escasa. En un estudio sobre la iconografía de santos sanadores, realizada por Julia López Campuzano se destaca lo siguiente:



      Su faceta menos conocida, —la de médico o físico— está claramente demostrada en algunos documentos iconográficos. En uno de ellos, depositado desde 1484 en la Universidad de Basilea, se puede leer al pie de la ilustración: “San Lucas en traje de médico asiste a un moribundo”. A los pies de su figura aparece el buey alado, símbolo del Evangelista. En la miniatura aparece San Lucas de pie y en posición tres cuartos, ataviado con túnica azul y manto de color rosado, de pliegues muy geometrizados. Toca su cabeza un bonete o birrete de color rojo;en su mano izquierda sostiene un frasco de orina, aludiendo a su oficio de médico y en la mano derecha, el cálamo de escritor. El supuesto moribundo no parece tal, sino tal vez un enfermo que invoca su protección y ayuda.

      La Universidad de Fríburgo elige y honra a este santo como patrón, y en un altar de plata del siglo XVIII, de la capilla de dicha Universidad, existe una ilustración en la que se representa a San Lucas en su estudio, con libros sobre la mesa,s obre la que aparecen la calavera, un fuelle y un mortero. Bajo el escritorio, el buey alado. Completan la composición una repisa con botes de farmacia.

      En otra ilustración del Netherland Art Institute aparece un grabado flamenco del siglo XVI, donde se representa al santo analizando visualmente la orina de un enfermo.

      Casi toda la escasa iconografía disponible queda restringida al norte de Europa: Países Bajos y norte de Alemania, y no se conocen los motivos por los que en estas regiones se desarrolla este culto específico a San Lucas, no reflejado iconográficamente en otros países europeos.

      Finalmente, el pintor Jaume Pahissa i Laporta, realizó el cuadro de San Lucas para los laterales de la capilla del Hospital Clínico de Barcelona, a finales del siglo XIX, y aunque no se conoce la iconografía en la que se basó, para representar a este santo sanador, su ubicación en la mencionada capilla aparece unida a su relación profesional con los enfermos, lo que indicaría la existencia de un culto a San Lucas como médico en España.

      Con el orgullo de tener un patrón tan admirable, nos ponemos bajo la protección de San Lucas, para que nos ayude en la difícil tarea que nuestra Facultad de Medicina tiene por delante, en el momento actual y sobre todo en los próximos años.

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