Un curso de verano, celebrado en el Colegio de Médicos de Badajoz, repasa la herencia de este célebre médico
08/07/2009. A punto de cumplirse 50 años del fallecimiento de Gregorio Marañón, la Universidad de Extremadura ha querido celebrar un curso de verano que sirva de homenaje a esta figura, y reconozca el extenso legado de este célebre médico humanista, que marcó una época en la historia de España y en la de Extremadura.
Definido como austero, comprometido y analista de las grandes pasiones humanas, su viaje a las Hurdes supuso un cambio para una comarca con graves problemas socio-sanitarios en la primera mitad del siglo XX. En aquel momento, sus estudios endocrinológicos permitieron conocer las altas tasas de bocio y cretinismo endémico de la población, producidas fundamentalmente por la falta de yodo en la alimentación, y que eran consecuencia del aislamiento territorial. Tal y como ha explicado el director de la Fundación Gregorio Marañón y responsable de este seminario, Antonio López, las investigaciones del prestigioso médico llevadas a cabo en aquella zona, suponen un punto de inflexión importante para la comarca cacereña. “Podemos decir que es a partir de sus resultados científicos, cuando se empiezan a poner soluciones a las graves enfermedades endémicas. Se diseñan nuevas infraestructuras, con centros de atención primaria, y el cambio en un periodo de 10 años es sustancial”, ha opinado el historiador.
Este seminario, que cuenta con la presencia de importantes expertos internacionales, ha sido inaugurado por el vicerrector de profesorado de la UEx, Antonio Hidalgo. Junto a él, también han asistido al acto de apertura, el decano de la Facultad de Medicina, Pedro Bureo; el vicedecano del centro, Agustín Muñoz Sanz, el presidente del Colegio de Médicos, Pedro Hidalgo, y el asesor de la Fundación Academia Europea de Yuste, Luis Ángel Ruiz.