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La UEx propone un método que facilita el diagnóstico de la leishmaniosis

Grupo Parasitoex
 
Grupo Parasitoex
La Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura está investigando el diagnóstico de la leishmaniosis a partir de la detección de la presencia de ADN del parásito Leishmania infantum en el pelo del perro. El objetivo es ofrecer un método de diagnóstico más rápido, menos costoso e invasivo que las pruebas actualmente existentes

 

07/03/2013. Dentro del grupo de investigación PARASITOEX de la Universidad de Extremadura, Luis Carlos Gómez Nieto, que lleva más de 20 años trabajando en el diagnóstico y estudio clínico de la leishmaniosis, coordina un equipo de investigadores que están desarrollando una vacuna eficaz y segura contra la enfermedad provocada por la Leishmania infantum. Todo ello en el marco de convenios con la empresa farmacéutica LETI S.L.U. que financia la investigación desde los últimos 10 años. El parásito Leishmania infantum provoca la manifestación más grave de la enfermedad, la visceral o sistémica, ya que afecta a órganos como el hígado, el riñón y el bazo y, si no se trata a tiempo, puede ser mortal. De ahí la importancia de un diagnóstico precoz, teniendo en cuenta, además, que los síntomas de la leishmaniosis no son siempre concluyentes.

La leishmaniosis es una enfermedad de difícil diagnóstico, que depende de la evaluación de tres pruebas: la observación clínica, el análisis inmunológico y el parasitológico. Según explica la investigadora Silvia Belinchón, “el diagnóstico de la leishmaniosis hay que basarlo siempre en los resultados de tres técnicas sin omitir ninguna. La observación clínica, es decir, cuáles son los síntomas; el análisis inmunológico para detectar la presencia de anticuerpos; y el análisis parasitológico, a partir de la biopsia de una muestra tomada de los ganglios linfáticos o de la médula ósea”.

Partiendo de la premisa de que el pelo puede acumular tóxicos ambientales y excretar sustancias químicas y biológicas foráneas, los investigadores extremeños han buscado la presencia de ADN del parásito en el pelo de perros naturalmente infectados por Leishmania infantum. El objetivo es desarrollar un método capaz de proporcionar el análisis parasitológico de manera no invasiva, como alternativa a la biopsia de ganglio linfático o médula ósea. “El procedimiento consiste en extraer el ADN del pelo y, mediante una PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en tiempo real, detectar y amplificar una región muy pequeña y conservada del ADN del kinetoplasto del parásito (es decir, de su ADN mitocondrial), que está presente en todos los parásitos del género Leishmania”, explica Belinchón. De esta manera, las resultados han demostrado que el ADN de Leishmania puede ser detectado y cuantificado en el pelo de perros infectados, incluso analizando un único pelo.

Este método presenta una ventaja añadida, puesto que la muestra de pelo obtenida no necesita condiciones de almacenamiento especial, se conserva bien sin necesidad de refrigeración, y en 24 horas los resultados están disponibles. Estas mejoras aportan, por tanto, una reducción de coste y tiempo. “Es un método muy nuevo, estamos pendientes de desarrollar nuevas aplicaciones del mismo,  incluso queremos precisar el momento en el que el  ADN del parásito se incorpora al pelo del perro en el transcurso de la infección”, añade Silvia Belinchón, que ha iniciado esta investigación en el marco de su tesis doctoral.

La leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura del mosquito flebotomo. La especie Leishmania infantum es endémica en España y en países de la cuenca mediterránea como Francia, Italia, Grecia, Turquía, Israel, Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos. En Extremadura se estima que el 12% de los perros son seropositivos en la provincia de Cáceres, tal y como reflejan los últimos estudios realizados en el Valle del Jerte, La Vera, Sierra de Gata, Valencia de Alcántara, o la Sierra de la Mosca de la ciudad de Cáceres.

Una enfermedad olvidada en las personas

A pesar de que en el sur de Europa la leishmaniosis afecta a los perros y a ciertas especies silvestres, las personas también son susceptibles de desarrollar la enfermedad, sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales. En estos países, la leishmaniosis es una enfermedad endémica relacionada con las condiciones de extrema pobreza; de hecho, forma parte de la lista de 17 enfermedades tropicales olvidadas, que en contraste con otras enfermedades como el SIDA, la tuberculosis o la malaria, no obtienen suficientes fondos para la investigación. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de la leishmaniosis está asociada a la malnutrición, la inmunodepresión y a otras enfermedades concomitantes,  entre otros factores. Su creciente expansión en los últimos 10 años se ha visto favorecida por los cambios en el medio ambiente, la desforestación y las urbanizaciones descontroladas. Como la notificación de la enfermedad solo es obligatoria en 32 de los 88 países afectados, la OMS estima que se producen 2 millones de casos nuevos al año (1.5 millones de casos de leishmaniosis cutánea y 500. 000 de leishmaniosis sistémica o visceral). A pesar de que la forma cutánea es menos grave, causa, sin embargo, lesiones en la piel y deja secuelas físicas y visibles que estigmatizan a la persona.