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Proponen obtener biodiesel a partir de aceite de ricino y grasas animales

Los nuevos métodos puestos a punto por científicos de la UEx permiten convertir estos residuos en una fuente barata y limpia de energía

 

29/05/2015. La Unión Europea importa más del 50 % de la energía que consume. De ahí que los científicos sigan buscando soluciones para aliviar la actual dependencia de abastecimiento comunitario en el sector energético.

En la Universidad de Extremadura, los investigadores del Departamento de Ingeniería Química y Química Física han puesto a punto varios métodos que sirven para mejorar los procesos. Concretamente, han estado trabajando en el diseño de una combinación de reacciones donde intervienen los triglicéridos y los ácidos grasos libres, y que permite convertir el aceite de ricino y las grasas animales en biodiesel.

A través de estas evaluaciones, el equipo de la UEx ha comprobado que la obtención de este biocombustible, a partir de estos productos, presenta ciertas ventajas. Por ejemplo, un menor grado de emisiones de CO2 a la atmosfera o un menor coste e interferencia en el mercado alimentario que otros aceites utilizados tradicionalmente en la obtención de biodiesel, como el de soja o el de girasol.

José María Encinar, catedrático de Ingeniería Química de la UEx y uno de los investigadores principales de estos estudios, ha destacado que este hallazgo supone la revitalización de una serie de productos poco explotados y una alternativa con la que poner freno a la dependencia energética de la UE.

Así, según el profesor, podría valorizar un residuo como las grasas animales. “Hasta hace algunos años, las grasas se utilizaban para la fabricación de piensos, pero desde que se comprobó que existía cierto grado de contagio de enfermedades fueron prohibidos para este fin. Una alternativa podría ser convertir las grasas en energía, concretamente en biodiesel, evitándose, paralelamente, la complicada gestión medioambiental que habría que hacer en el supuesto de que las grasas fuesen abandonadas en vertederos”, ha matizado.

Además, para el investigador, otro aspecto a considerar, de acuerdo con las directrices de la Unión Europea en su política agraria comunitaria, es su utilidad en las tierras de labor para la producción de alimentos. “Estas tierras, perfectamente aptas para la agricultura, podrían ser dedicadas a los cultivos energéticos, es decir, a cultivos cuyo objetivo es producir energía y no alimentos. Un ejemplo de estos cultivos, entre otros muchos, es el ricino. La Unión Europea, jamás tendrá superávit de energía, lo que obviamente justifica esta alternativa” ha dicho Encinar.

Aprovechamiento de la glicerina

El  conjunto de metodologías para obtener biodiesel, a partir de aceite de ricino y grasas animales, ha demostrado  tener otra ventaja añadida. Se trata de la capacidad de convertir el glicerol o glicerina, un subproducto resultante del proceso de producción de biodiesel, en otra fuente de energía alternativa. Concretamente, el objetivo es convertir el glicerol en hidrógeno mediante un reformado. “El hidrógeno, además de sus aplicaciones energéticas, tiene otros aprovechamientos como materia prima para la industria química, procesos de hidrogenación,o creación de plásticos, lo que le dotaría de un valor también económico añadido”, ha explicado el catedrático.

Los resultados han sido publicados parcialmente en la revista Fuel y han dado lugar a la tesis doctoral de Nuria Sánchez, co-dirigido por Juan Félix González, coordinador del Grupo de Investigación  Aprovechamiento Integral de Residuos Biomásicos y Energías Renovables y el catedrático de Ingeniería Química de la UEx, José María Encinar.