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El ejercicio físico de alta intensidad combinado con un estímulo hipóxico permite mejorar la composición corporal y parámetros sanguíneos

Foto del proyecto
 
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Esta mejora se centra en la reducción de la grasa corporal así como aumento de la masa muscular y la concentración de hemoglobina y hematocrito

 

17/07/2017. La hipoxia ​ es un estado en el que el cuerpo está privado de oxígeno en la sangre, células y tejidos. Esta condición se produce cuando se expone al organismo a una cierta altitud en la que la presión parcial de oxígeno en el ambiente disminuye produciendo una situación de hipoxia fisiológica, que ocasiona un estímulo extra para el cuerpo humano activando de esta forma mecanismos y sistemas vitales.

Investigadores pertenecientes al Grupo de Investigación de Avances en Entrenamiento Deportivo y Acondicionamiento Físico de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Extremadura, han evaluado la inclusión de este estado como parte del entrenamiento de alta intensidad, sometiendo a estudiantes universitarios a intervalos de trabajo a intensidades máximas, con breves descansos de recuperación, con el objetivo fundamental de obtener cambios de una forma más rápida en la composición corporal de personas activas y poder desarrollar así una línea de entrenamiento basado en la hipoxia

Para ello, tal y como nos explica Marta Camacho, investigadora principal del estudio, “hemos sometido durante un mes a sujetos que habitualmente entrenan 2  ó 3 sesiones por semana a este tipo de ejercicios de alta intensidad combinándolo con exposición a un estado de hipoxia (simulando 3400m de altitud), los deportistas han realizado los ejercicios en cámaras de hipoxia pertenecientes a la Facultad de Ciencias del deporte en las cuales se crea de forma artificial un entorno hipóxico simulando altitud”. Esta línea de investigación es muy novedosa y se ha podido realiza gracias al proyecto concedido por la Cátedra del Real Madrid y de la Universidad Europea de Madrid al Grupo de investigación.

Además nos indica la autora de la investigación, “se ha comparado los cambios conseguidos por este grupo con los obtenidos por otro grupo de sujetos que han realizado en el mismo periodo de tiempo el mismo ejercicio pero sin someterles a la exposición a hipoxia”.

De esta forma se ha podido comprobar como la población que se sometió a esta nueva forma de entrenamiento conseguía de una forma más rápida disminuir el porcentaje de grasa corporal, conseguir más masa muscular y aumentar la concentración de hemoglobina y hematocrito.

Para Camacho el estudio abre una nuevas oportunidades en la forma de entrenamiento, “pues hasta ahora la inclusión de un estado hipóxico durante el entrenamiento tan solo se había probado en deportistas de alto nivel, pero gracias a este nuevo estudio en personas activas permite poder abrir un nuevo método accesible a cualquiera, pues es fácil poder implantar en centros de fitness este tipo de sistemas permitiendo obtener resultados en un periodo de tiempo mucho mas breve”.

Dentro de esta línea temática el grupo de investigación ha dado asesoramiento al triatleta 7 veces campeón del mundo Javier Gómez Noya sobre protocolos de hipoxia simulada y entrenamiento durante el pasado mes de octubre. Actualmente, están desarrollando varios proyectos para tratar ver los efectos de este novedoso tratamiento sobre parámetros de fuerza, de riesgo cardiovascular en mujeres adultas con sobrepeso u obesidad y sobre el metabolismo óseo en personas mayores de 65 años.