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Los eventos calurosos en Extremadura aumentan más que las olas de calor en duración, intensidad y frecuencia

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La investigación desarrollada por el Grupo Aire revela el aumento de veranos calurosos, con eventos de mayor duración e intensidad con temperaturas superiores a 36-37 grados y con menos días de temperaturas suaves

 

28/07/2017. Una ola de calor es un fenómeno meteorológico excepcionalmente extremo. Durante las últimas dos décadas numerosos estudios han demostrado un aumento, no sólo en lo que respecta a su frecuencia, sino también en duración e intensidad. De igual forma sugieren que en las próximas dos décadas (2021-2040), habrá eventos de ola de calor en Europa similares o incluso más severos que el acontecido en Rusia en el año 2010 tanto en magnitud, extensión como en duración.

En el caso de la Comunidad Autónoma de Extremadura, cuya dependencia del sector agrícola aporta de forma directa o indirecta el 53% del total del Producto Interno (PIB), la influencia de estos impactos extremos es un fenómeno a estudiar por sus consecuencias, no solo en la agricultura y la biodiversidad, también en la población humana.  Es por ello que el Grupo AIRE (Física de la Atmósfera, Clima y Radiación de Extremadura) de la Universidad de Extremadura ha desarrollado un estudio en el que se ha analizado las olas de calor ocurridas en Extremadura desde el año 1960 hasta el 2014, con el objetivo de observar si se han producido cambios susceptibles de tener en cuenta. La investigación ha sido financiada por la Consejería de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura y publicada en la revista Theoretical and Applied Climatology.

Olas de Calor

Para desarrollar el estudio, los investigadores definieron en primer lugar que es una ola de calor. Explica Francisco Javier Acero, miembro del grupo y uno de los autores del estudio, que “hay que tener en cuenta, por un lado, que en la literatura científica existen múltiples definiciones de ola de calor y, por otro, que en cada país la definición de ola de calor es diferente porque se establece en función de un umbral”. “En el caso Extremadura, y según nuestras investigaciones, consideramos ola de calor dos días consecutivos cuyo valor de temperatura está por encima del 95 percentil de los valores de temperaturas máximas registrados durante los meses de junio, julio y agosto” explica Acero. Este umbral, traducido en temperatura, marcaría valores por encima de 39 grados para dos terceras partes de Extremadura y entre 38 y 39 en el tercio norte restante.

Para delimitar este concepto, los autores del estudio han tenido en cuenta tres parámetros fundamentales: la frecuencia, es decir cuántas olas de calor se han producido; la duración, cuantos días dura y la intensidad, definida como la suma de los excesos de temperatura sobre el umbral.

De la investigación, se puede concluir que los resultados para las tres características (duración, intensidad y frecuencia) muestran que en una gran parte de Extremadura ha habido cambios significativos: concretamente en la zona del noroeste (Valencia de Alcántara, Coria), en la zona del este y en la comarca de Tentudía.

Además, los estudios confirman que los valores bajos de las temperaturas máximas están aumentado mucho más rápido que los valores altos. El profesor Acero advierte que, “no se están dando repetidamente valores de 42 o 43 grados, sino que esos días suaves de temperaturas máximas están siendo cada vez menos frecuentes, de tal forma que los valores bajos de las temperaturas máximas aumentan mucho más, lo que provoca que disminuya la variabilidad”. El investigador subraya que “lo que sí ha aumentado a lo largo del tiempo respecto a  estas olas de calor  es la frecuencia, es decir, sí tenemos más olas de calor ahora respecto a los que teníamos al inicio del periodo de observación, pero no ha cambiado significativamente la duración ni la intensidad”.

Eventos Calurosos

Esta disminución en la variabilidad de los valores máximos llevó a los investigadores a definir otro parámetro diferente a la ola de calor, bautizado como evento caluroso. Para Javier Acero un evento caluroso es definido como “dos días consecutivos con temperaturas encima de un umbral superior al 75 percentil”. En Extremadura, este umbral corresponde a 35 grados en el tercio norte y por encima de 36 para el resto de la comunidad autónoma. La investigación reveló que en la actualidad los eventos calurosos estaban aumentando en duración, intensidad y en frecuencia mucho más que las olas de calor.

En definitiva, el estudio apunta que en los últimos años se está produciendo una disminución en la variabilidad de la temperatura máxima, de tal forma que la tendencia respecto a la frecuencia y la intensidad de los eventos calurosos son más fuertes que las correspondientes a las olas de calor. Mientras que los parámetros de la ola de calor presentan un moderado incremento, los correspondientes a los eventos calurosos son mucho más fuertes.

Estos datos se traducen en veranos más calurosos, no solo con eventos de mayor longitud y más intensidad de temperaturas sobre 35 o 36 grados, sino también con menos días con temperaturas suaves, como se refleja en el marcado incremento en los valores bajos de las temperaturas máximas. Las altas temperaturas constantes pueden tener importantes consecuencias para la agricultura ya que, por ejemplo, la polinización del maíz es sensible a temperaturas superiores a 35 grados, lo que puede disminuir su producción.