Remigio Vela defiende el papel de los conquistadores extremeños

03/07/2009. El catedrático de Urología de la Universidad Autónoma de Madrid, Remigio Vela, participó ayer en la última jornada del curso de verano: Humanistas en las Cortes de Carlos V y Felipe II: Extremadura y Portugal, celebrado en el Monasterio de Yuste.

El reconocido especialista en trasplantes de riñón expuso su peculiar anecdotario sobre médicos y hospitales en Extremadura y América en el siglo XVI y dedicó buena parte de su intervención a desterrar tópicos que han acompañado a la figura de los conquistadores extremeños, “hombres con una cultura mucho más elevada de lo que se ha dicho en muchas ocasiones”. Para Vela, una de las virtudes de estos aventureros en la planificación de sus viajes a las Américas, fue la de saber rodearse de un excepcional capital humano e incluir entre estos profesionales a grandes médicos de la época, para “trasladar la brillante cultura de Salamanca a Indias”.

La investigación llevada a cabo por Remigio Vela en este apartado concluye que el primer hospital levantado en las Indias, en concreto en la República Dominicana, fue el de San Nicolás de Bari, a cargo de Nicolás de Obando. Y quiso destacar el “gran mausoleo” mandado construir por Hernán Cortés, como es el hospital de Nuestra Señora de la Concepción, en México, un Centro sanitario que funciona en la actualidad y donde además esta enterrado el conquistador.

Según el ponente, estos hospitales, sustentados por el estado y las órdenes religiosas, no sólo cumplían una función asistencial, sino que servían de edificios para dar cobijo y ayudar a la población pobre.

Durante su paso por los Cursos de Verano de la Universidad de Extremadura, el catedrático definió a los médicos del siglo XVI como “expertos en el tratamiento de heridas de armas blancas y de armas de fuego”. Remigio Vela indicó que el colectivo sanitario de entonces, calificado en términos generales como Romancistas, estaba preparado para tratar las enfermedades europeas de la época y sobresalía por su gran entusiasmo para enfrentarse a las patologías propias del nuevo Mundo.