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Las ciudades históricas requieren de viviendas domésticas para su continuidad

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Los participantes del curso “La rehabilitación de los cascos históricos con fines culturales” coinciden en señalar que estas zonas no pueden convertirse en meros museos u oficinas
Los participantes del curso “La rehabilitación de los cascos históricos con fines culturales” coinciden en señalar que estas zonas no pueden convertirse en meros museos u oficinas

La vida que otorga que los habitantes de una ciudad residan en su casco histórico es insustituible por cualquier otra función con la que se quiera dotar a los edificios que la componen. Esta idea ha reinado en las diferentes ponencias y mesas redondas que componen el programa del curso de verano “La rehabilitación de edificios histórico-artísticos con fines culturales en España y América”, dirigido por las profesoras de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura Rosa Perales Piqueres y Yolanda Fernández Muñoz, y que está patrocinado por la empresa de construcciones Abreu.

 

En cualquier rehabilitación que se precie, debe hallarse el equilibrio entre el respeto al patrimonio y darle al edificio un uso fácil y moderno. En numerosas ocasiones, las leyes ejercidas de manera rígida dificultan que los ciudadanos accedan a una vivienda confortable, propia del siglo XXI, lo que ha convertido a los cascos históricos en zonas carentes de servicios públicos como bibliotecas, bares, tiendas, información… Rosa Perales pone como ejemplo a Cáceres, “se transforma en una ciudad muerta a partir de las tres de la tarde y los planes urbanísticos que se proyectan sobre ella, siguen siendo negativos porque la única manera de que una ciudad monumental como esta tenga futuro es atrayendo a la gente, a la vida”. Lamenta que el casco antiguo cacereño esté despoblado, y que los habitantes en su mayoría sean ancianos, lo cual dificulta todavía más la existencia sucesoria poblacional.

 

El seminario se ha propuesto conseguir que estos edificios histórico-artísticos sirvan a la comunidad, revitalicen su entorno y se conviertan, además de en lugares propios del siglo XXI para vivir, en productos turísticos que fortalezcan el desarrollo económico.

 

Arquitectura doméstica

 

En esta línea, intervino Rafael López Guzmán, catedrático de la Universidad de Granada, quien afirmó rotundamente que “la conservación de la arquitectura doméstica tiene que considerarse como una necesidad ineludible por parte de los poderes públicos responsables del patrimonio en sus distintos niveles”. Añade que “la ciudad histórica no es el conjunto de grandes monumentos. Ésta pierde su carácter sin el aglutinante del caserío”. La trama urbana que significan las pequeñas edificaciones en las ciudades históricas le dan identidad y valor añadido a los grandes edificios.

 

López Guzmán puso como ejemplo el caso de Granada, por su amplio patrimonio en viviendas domésticas que conviven junto con intervenciones de instituciones oficiales como la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento o la Universidad para reutilizar los edificios.  Algunas de las edificaciones particulares se han empleado para actividades de ocio como bares u hoteles que posibilitan el desarrollo sostenible de carácter económico.

 

El disfrute estético, la explotación económica, el bienestar social y la conservación del patrimonio no son términos enfrentados, sino valores complementarios en una “ecuación aquilatada acorde con la sociedad moderna”. En definitiva, reitera López, hay muchas posibilidades para que las ciudades históricas se mantengan vivas, “debemos aunar posturas entre equipos de profesionales interdisciplinares para lograr transmitir el patrimonio que no es nuestro, sino que es de la sociedad en abstracto”.

 

La rehabilitación de edificios históricos no tiene normas genéricas, existe una legislación marco que hay que aplicar, pero cada intervención en un edificio es un proyecto independiente y único y se debe reflexionar de forma individual.

 

Revitalización

 

Durante el curso se han analizado situaciones donde una rehabilitación ha supuesto la revitalización de todo un municipio. Rodolfo Vallín Magaña, arquitecto restaurador y director del Taller de Restauración Orden Padres Agustinos en Bogotá, contó el caso de Sutatausa, un pueblo fantasma hasta entonces cercano a Bogotá, que con la restauración del conjunto doctrinero (el único del siglo XVI que se conserva en Colombia), que incluye el templo, las capillas, el atrio y la gran plaza, se descubrieron pinturas murales con presencia de indígenas, que revolucionaron la vida de sus habitantes. En la actualidad, Sutatausa se ha incorporado a un circuito turístico y son sus propios vecinos los guías. La restauración ha despertado un sentimiento de pertenencia y orgullo por ser descendientes de los antiguos pobladores y sobre ellos han inventado toda clase de leyendas.

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