Los productos culturales pierden calidad frente al reto de entretener

16/07/2009. El curso de verano sobre revistas culturales ante las nuevas tendencias de lectura arrancaba en la Facultad de Biblioteconomía con la intervención del profesor de la Universidad Complutense, Joaquín Aguirre. Para el editor de la conocida revista literaria Espéculo, los medios de comunicación actuales han perdido su anterior función dinamizadora de ideas para integrarse en una industria cultural al servicio de las grandes multinacionales.

El problema es que hemos pasado del libro de calidad al monopolio del best seller. A la construcción de un modelo cultural que persigue el entretenimiento como único objetivo, ha señalado Aguirre en Badajoz. A su juicio, los productos culturales consumidos por el público de manera masiva, se pueden definir negativamente como “estacionales y sujetos a modas”. Me inquieta el hecho de abandonar el sentido de la tradición, una de las claves que nos posibilita construir la historia día tras día. Para este experto, la situación se ve agravada por la progresiva pérdida de lectores cultos como consumidores de formatos de calidad.

El director del curso, el profesor Eloy Martos, ha mostrado su preocupación por el creciente distanciamiento entre la cultura propiciada a través de las fuentes más sólidas, como libros y bibliotecas, y los soportes auspiciados desde el entorno digital. Martos ha destacado que los jóvenes “leen más que nunca”, aunque mediante instrumentos radicalmente diferentes a los habituales. Además, ha recomendado a los estudiantes mantener una actitud de discriminación ante la avalancha y sobrecarga informativa existente en Internet; y huir de los peligros que conlleva la excesiva especialización e interés por parcelas muy concretas del conocimiento, acuñada con el término de “cultura mosaico”. Martos ha subrayado precisamente que una de las finalidades de este curso es unir los diferentes temas que deben preocupar a la sociedad.

El seminario está patrocinado por la Diputación de Badajoz y cuenta con la colaboración de la Red de Universidades Lectoras, de la que la Universidad de Extremadura forma parte.