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El patrimonio cultural, fuente de empleo de calidad

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Un curso de verano estudia como el patrimonio cultural ha adquirido una gran proyección económica en la última década, constituyéndose como motor de desarrollo sostenible
Un curso de verano estudia como el patrimonio cultural ha adquirido una gran proyección económica en la última década, constituyéndose como motor de desarrollo sostenible

 14/07/2010.

La gestión del patrimonio cultural, desde la perspectiva económica, se ha convertido en una gran fuente de empleo tanto por su calidad como por cantidad. En la última década, ha adquirido una enorme proyección económica, hasta el punto de que el patrimonio cultural se considera como motor de desarrollo sostenible en un sector en alza cada vez más consolidado.

 

Este va a ser el campo de trabajo del curso de verano titulado “La dimensión empresarial del patrimonio cultural”, dirigido por el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, Salvador Andrés Ordax y con la profesora de la Universidad de Extremadura, María Antonia Pardo Fernández, como secretaria del mismo. Para ello, el seminario cuenta con la participación de un amplio grupo de profesionales de Portugal y España, que han desarrollado importantes labores de protección del Patrimonio Cultural. Esta mañana, por ejemplo, el director del Museo Nacional de Arte Antigua de Lisboa, António Filipe Pimentel, abre la ronda de conferencias con una ponencia titulada “Dois museus, dois desafios: o Museu Grão Vasco de Viseu e o Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa”.

 

En el acto de inauguración del curso, el rector de la UEx, Juan Francisco Duque Carrillo ha señalado que gracias a la falta de industrialización de la región en el siglo pasado  “el patrimonio cultural y los recursos naturales extremeños son mejores y están mejor conservados”, hecho que facilita la apuesta por la economía sostenible. En esta línea, Jesús Medina, presidente de la Fundación Caja de Extremadura, entidad patrocinadora del seminario, ha destacado que “la gestión cultural lleva consigo la creación de empleo”. Desde la Fundación se apuesta por la investigación económica y social a través de la UEx, para servir de apoyo a la actividad empresarial a salir de la crisis.

 

Conciencia de patrimonio

 

La dimensión que ha adquirido el patrimonio cultural es fruto de una maduración que se venía preparando desde hace mucho tiempo por personas interesadas en la protección cultural, fijándose hace cincuenta años en distintos acuerdos internacionales. Recuerda Andrés Ordax que el primero especialmente destacado fue la “Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de Monumentos y de Conjuntos Histórico-Artísticos”, más conocida como la Carta de Venecia de 1965.

 

“El interés de este medio siglo de maduración ha hecho que en realidad todos deseen utilizar el campo del patrimonio y su etiqueta. Tiene un aspecto positivo, de modo que ya existe una amplia conciencia del patrimonio, un sentimiento solidario por su identidad y su protección” explica el director del seminario.

 

El patrimonio cultural constituye un importante nicho de empleo para todos los titulados vinculados al mundo de la conservación, en la que intervienen tanto organismos públicos como entidades privadas.

 

El caso práctico de Peridis

 

En la conferencia inaugural del curso de verano, José María Pérez González, más conocido como Peridis, ha expuesto un ejemplo práctico, basado en una experiencia de 33 años, de cómo la gestión cultural es fuente de riqueza y empleo. Peridis, arquitecto, director de la Enciclopedia del Románico y presidente de la Fundación Santa María la Real, declara con rotundidad que “la cultura no contamina. El hombre necesita defender sus raíces que constituyen el patrimonio: la tierra, el patrimonio natural y la herencia, el patrimonio cultural”.

 

La recuperación por una asociación de amigos de un monasterio en Aguilar del Campo, una villa castellana en el norte de Palencia, ha supuesto la creación de la Fundación Santa María la Real que cuenta en la actualidad con 160 trabajadores y con un presupuesto que oscila entre los siete y ocho millones de euros.

 

La Fundación, a través de Escuelas Taller que comenzaron en Aguilar del Campo en el año 1985, ha enseñado el aprendizaje de oficios a más de 750.000 jóvenes a lo largo de España, toda Latinoamérica, el África Subsahariana, Filipinas y en territorios palestinos.

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