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Una tesis doctoral aborda la implantación de la Guardia Civil en Extremadura durante los siglos XIX y XX

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El investigador Francisco Javier García Carrero ha analizado la historia de la Guardia Civil en la región con especial atención al golpe militar de 1936 y a la figura del teniente coronel Manuel Gómez Cantos, conocido por su sanguinaria lucha contra el maquis extremeño

 

12/03/2012. El investigador Francisco Javier García Carrero ha tratado en tesis doctoral los “Antecedentes, implantación e historia de la Guardia Civil en Extremadura durante los siglos XIX y XX. Protagonismo social de sus mandos superiores: el teniente coronel Manuel Gómez Cantos”, dirigida por el profesor de la Universidad de Extremadura del área de Historia Julián Chaves Palacios.

El trabajo de investigación analiza la historia de la Guardia Civil en la región, así como la estructura y funcionamiento de las distintas unidades del Tercio extremeño y sus hombres hasta mediados de los años cuarenta del pasado siglo. Aborda la implicación en la Guerra Civil y el Primer Franquismo que mantuvo el Cuerpo en Extremadura y la represión que ejerció el teniente coronel Manuel Gómez Cantos sobre la población “desafecta”, especialmente conocido por su perfil sanguinario.

Las incidencias más destacadas de la Guardia Civil en los campos de Extremadura tienen lugar durante el reinado de Alfonso XIII cuando los problemas de orden público comienzan a ser habituales por toda la región. Durante la dictadura de Primo de Rivera el Cuerpo experimenta una fortísima militarización.

Durante la Segunda República y la contienda armada posterior, años de violencia en el campo extremeño, la política represiva deja varias decenas de muertos por toda la geografía regional. El estudio demuestra que durante el golpe militar de 1936, el comportamiento no fue monolítico. Cada Comandancia optó por apoyar o no a los sublevados. Fueron jefes y oficiales intermedios los que rompieron, generalmente, la obediencia de sus mandos naturales y decidieron posicionarse a favor de la acción militar contra el gobierno republicano.

La Guardia Civil “nueva” nacida durante la dictadura franquista tras su unificación con el Cuerpo de Carabineros “tuvo que emplearse a fondo para controlar y acabar con las numerosas partidas guerrilleras que pululaban por toda la geografía nacional y regional” explica Francisco Javier García Carrero.

La figura de Manuel Gómez Cantos

La última parte de la tesis doctoral se centra en el estudio biográfico de uno de los guardias civiles más represivos que hizo carrera fundamentalmente, aunque no de forma exclusiva, en el Tercio extremeño: el teniente coronel Manuel Gómez Fuentes.

Gómez pasó por la academia toledana con un expediente medio, ejerció como guardia civil durante la dictadura de Primo de Rivera y durante la República estuvo en tres comandancias: Córdoba, Málaga y Badajoz.

Durante la Guerra Civil se identificó claramente con la postura sublevada “que tuvo como respuesta por parte de la administración franquista la entrega de numerosas prebendas, delegado de Orden Público, entre otros cargos” señala el investigador.

Manuel Gómez Fuentes dedicó un gran esfuerzo a combatir el movimiento guerrillero antifranquista, primero como gobernador civil de Pontevedra y después como máximo mandatario en la lucha contra el maquis extremeño. El trabajo hace especial mención a los diferentes actos indiscriminados y represivos que realizó en tierras extremeñas entre los que se encuentran los fusilamientos de Mesas de Ibor.

Además de analizar el proceso represivo, la tesis estudia una práctica menos conocida de su compleja personalidad: fue un deudor confeso, una experiencia que le acompañó a lo largo de toda su vida.

“Hemos tratado de demostrar que Gómez Cantos, fue, como otros tantos guardias civiles, un beneficiado de la Guerra Civil en la que muy pronto impuso su particular estilo de lucha contra los desafectos: pocos detenidos, ni heridos, la mayoría muertos. Y, sin embargo, su expediente, y su trayectoria hasta la Guerra Civil, había sido todo un ejemplo de lo que nunca debería ser un guardia civil” sentencia Francisco Javier García.