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“El sistema tributario debe servir para reorganizar y acabar con los desequilibrios y desigualdades entre territorios”

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Entrevista a Clemente Checa, catedrático de Derecho Financiero y Tributario, por ser Premio a la Excelencia Investigadora de la Universidad de Extremadura en el año 2018

 

17/12/2019. Clemente Checa González, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, lleva más de 40 años dedicados a la enseñanza y la investigación en la UEx. Sus líneas de trabajo son la financiación autonómica, la tributación local, el Impuesto sobre el Valor Añadido, y la responsabilidad patrimonial de la administración tributaria, entre otros. Este jurista ha desarrollado también un perfil público en diferentes organismos, ha sido presidente de la Junta Arbitral de Consumo de la Junta de Extremadura, presidente del Consejo Económico y Social de Extremadura, consejero y presidente del Consejo Consultivo de Extremadura y consejero de Hacienda y Administraciones Públicas de la Junta de Extremadura.

Recientemente, la trayectoria de Checa González ha sido reconocida con el Premio a Excelencia Investigadora  que la Universidad de Extremadura otorga desde hace tres años. Autor de 54 libros sobre derecho financiero y tributario y de más de un centenar de capítulos de libros, este jurista sostiene que la divulgación es necesaria para fomentar una cultura colectiva que conozca los fundamentos del Derecho Tributario, así como los principios de redistribución  de la riqueza y la solidaridad. El ciudadano debe saber cómo se gestiona el dinero público y que el gasto se lleva a cabo de la manera más beneficiosa para el conjunto de los ciudadanos.

¿Qué les dice a sus estudiantes cuando se "enfrentan" a las asignaturas de derecho financiero y tributario? ¿Cuáles son los mejores argumentos para engancharles?

A los estudiantes les pongo de relieve que esta materia trata la regulación de los ingresos y de los gastos públicos y que en esta época de crisis es necesario un control eficiente de los gastos. Los ingresos públicos, que tantos sacrificios suponen a los ciudadanos, deben sostener fines que sean beneficiosos para la colectividad y los intereses públicos en general. Por ello, en esta asignatura estudiamos en primer lugar, las normas jurídicas que se refieren a la obtención de los ingresos de acuerdo con los principios constitucionales y en segundo lugar, cómo, una vez obtenidos esos ingresos, se debe proceder al gasto de acuerdo con los criterios de eficiencia, racionalidad, economía y, en definitiva, de la forma más útil y más provechosa para el conjunto de los ciudadanos. Intento resaltar la importancia de que esta regulación no solo es relevante para los estudiantes de Derecho  sino para todo el mundo, porque todos queremos saber que nuestro dinero ha sido empleado de forma beneficiosa para la sociedad.

En nuestra sociedad actual, ¿cuál es el grado de cultura científica en derecho tributario? ¿Hace falta más divulgación?

Evidentemente, falta mucha divulgación porque estas temáticas de Derecho no se abordan de manera suficiente en los estudios previos de bachillerato y secundaria, y se debe promover la idea de que todos contribuimos con el dinero público a la solidaridad y a una mejor redistribución de la renta. Asimismo, hay que tener en cuenta que en nuestro país conviven comunidades autónomas, algunas con menos recursos que otras, y precisamente,  el sistema tributario debe servir para reorganizar y acabar con esos desequilibrios y desigualdades entre territorios. Por desgracia, los alumnos cuando entran en la Facultad de Derecho desconocen esta realizad. Es conveniente fomentar  una mayor cultura y  educación en este sentido porque al fin y al cabo les va a afectar en toda su vida posterior, ya no sólo estrictamente como profesional del Derecho sino como ciudadano. Por tanto, también se necesita una mayor cultura científica y más didáctica de los principios básicos de Derecho en la etapa de educación secundaria, es decir, sobre qué es un impuesto, para qué sirve, cómo se emplea el dinero recaudado, etc., unas nociones básicas fundamentales para su vida y en definitiva, un conocimiento sobre el destino del dinero público en beneficio del bien común.

Afirma que la Hacienda pública debe ser una eficaz herramienta en el terreno social y económico para la plena consecución de los derechos sociales. ¿De qué manera se llega a este fin?

Partimos de la base de que el ingreso y gasto público son dos brazos de la misma la misma estructura. Obviamente se debe hacer una selección de gastos con el objetivo de intentar favorecer los derechos individuales y los derechos colectivos de la manera más eficaz posible.  Sobre todo hay que evitar situaciones como las que han pasado en épocas no tan lejanas en las que como no existía un adecuado control de la forma en que se empleaba el gasto público y se han llevado a cabo una serie de actividades que beneficiaban a determinadas personas pero no al conjunto de la sociedad. Con esto se ha realizado un dispendio de gasto público enorme. Si se hubiera llevado a cabo adecuadamente, se podría haber elevado el nivel colectivo de ciudadanos, atendido situaciones de paro y de desigualdades sociales. En definitiva, se hubiera desarrollado una actividad más beneficiosa para el conjunto de la sociedad. Dispendios y derroches que abocaron en la crisis económica que luego hemos tenido que pagar todos.

¿Tiene solución el fraude fiscal en España?

El fraude está muy relacionado con la cultura y la educación como ya he subrayado antes. Cuando se habla de fraude, se piensa siempre en los grandes defraudadores, que evidentemente existen y hay que perseguirlos y sancionarlos adecuadamente, pero existe una conciencia colectiva de que el dinero público como es público parece que no es de nadie, como ya apuntó una política. Además, los ciudadanos perciben que los grandes defraudadores no reciben el castigo adecuado y esto propicia que esa conducta defraudadora se vaya extendiendo a todas las escalas. No se tiene en cuenta cuál es la finalidad última del dinero público. Por tanto, es imperativo extender la cultura colectiva de que el fraude es nocivo y perjudicial porque lo que uno no pague, lo vamos a tener que pagar entre todos. El dinero público debe ser objeto de escrupulosa atención y de un cuidado minucioso y detallado tanto desde el punto de vista tanto de la legalidad como de la eficiencia.

Y en relación con la preocupación por la financiación de la universidad, ¿cuáles son sus recomendaciones como profesional del Derecho?

La Universidad es una institución pública de primerísima importancia porque, evidentemente, aquí es donde se preparan los profesionales del futuro que tomarán las riendas de la sociedad. Es evidente que la Universidad debe tener una mayor y más eficaz financiación, más medios disponibles a su cargo porque las universidades son instituciones pioneras en investigación y desarrollo y, de lo contrario, corremos el riesgo de que muchos profesionales emigren fuera y perdamos capital humano. La Universidad y los centros de investigación deberían estar mucho mejor financiados para que ese potencial humano no se pierda. En el reparto del dinero público, la educación pública debe ser una  prioridad, para que lo que es vital y crucial en el futuro no se pierda por falta de dinero. La educación, la sanidad y los servicios sociales son elementos fundamentales del desarrollo armónico de la sociedad que nos permite seguir avanzando por la senda del crecimiento personal y profesional.

¿Cómo valora el reconocimiento recibido por la UEx a su trayectoria investigadora?

Con mucha satisfacción y más si este reconocimiento de la labor investigadora parte de los propios compañeros. Llevamos a cabo un trabajo de investigación muchas veces silencioso y solitario, y ver refrendado su interés y valor por la comunidad científica me enorgullece. También, este reconocimiento compensa las horas críticas dedicadas a la investigación con un coste familiar y personal, que te impiden pasar menos tiempo con la familia.

¿Qué consejos daría a un joven recién titulado en Derecho?

No aconsejo aceptar la primera oferta de trabajo si no interesa, a no ser que no tenga más remedio, y sí animo a los jóvenes a que busquen en aquellas materias estudiadas aquello que realmente les guste y genere satisfacción personal. De manera frecuente, vemos estudiantes, muchos de ellos brillantes, frustrados porque se dejan seducir por grandes corporaciones y, en muchas ocasiones, la labor que tienen que desarrollar es ingrata y no siempre bien remunerada.