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Fermín García Sevilla: “me atrae la idea de relacionar paisaje y arqueología”

Pintura y arqueología
 
Pintura y arqueología
El reconocido pintor imparte talleres prácticos en el marco de los Cursos de Verano/Otoño de la UEx

 

Fermín García Sevilla es uno de los protagonistas del Curso de Verano/Otoño de la Universidad de Extremadura “Pintura de Paisaje y Arqueología. Repensando la Ciudad Patrimonio de la Humanidad de Mérida”.

¿Qué claves son las que dominan sus obras?, ¿Qué pretende transmitir a través de sus pinturas?

Mi pintura persigue por encima de cualquier otra cosa la captación, la observación y la aplicación de la luz. Cuando el director del Curso de Verano, el profesor Cayetano Cruz, me habló del objetivo del seminario me gustó la idea, puesto que los diferentes paisajes que vamos a visitar, desde el embalse de Proserpina al Anfiteatro Romano de Mérida, permiten realizar un trabajo muy interesante en los aspectos de la luz y el color aplicados a la pintura artística.

La naturaleza inspira sus creaciones, pero ¿cuál cree que es papel de un artista como usted en la plasmación de los paisajes?

Para mí el amor por la naturaleza y por la arquitectura antigua. Me apasiona dejar testimonio de cómo esos vestigios están todavía vigentes en nuestras vidas. Como soy un pintor de lo natural procuro que todos esos elementos estén presentes en mi obra y sacarlo a la luz para que el espectador lo vea. En el momento que termino un cuadro, aunque no lo venda, ya deja de ser mío puesto que la finalidad última es mostrarlo al público.

¿Por qué afirma que la pintura es un ejercicio intelectual?

Intelectual y del alma. Porque creo que es complejo obtener la luz de una materia aparentemente inerte como es la pintura. Hay que estar en una simbiosis continua con lo natural pero manteniendo el registro de lo espiritual. Se trata de aportar lo mejor que tiene el pintor dentro de su interior contextualizado en el ejercicio de lo más intelectual.

¿El pintor nace con un don especial o su capacidad depende de la formación y de la perseverancia?

Es un poco de todo, el talento nos viene dado de serie pero hay que modificarlo con tesón y trabajo. Hay que estar al pie del cañón, el pintor se forma a partir de un estudio exhaustivo de lo que ve y de lo que le preocupa, que en mi caso es el paisaje. Como dijo Picaso, la inspiración te tiene que llegar trabajando.


¿Qué opinión le merece participar en un Curso de Verano/Otoño como este?

Sin duda es muy atractivo porque es la primera vez que vamos a trabajar con este tipo de temática, la de relacionar paisaje y arqueología.  Me atrae mucho la idea de cambiar el campo abierto por enclaves tan fantásticos de la geografía extremeña como los que estamos visitando en estos talleres.

Hace años, su paisano Antonio López participaba también en un curso de verano de nuestra Universidad con la impartición de un taller práctico de pintura. ¿El artista está preparado en todos los casos para la docencia?

Esta es una cuestión de empatía, en principio nadie está preparado para compartir conocimiento y todo depende de hasta dónde uno quiera llegar en el ejercicio de transmisión de conceptos e ideas. Yo procuro hacer partícipe al alumno de mi mundo y de cómo veo yo las cosas.

¿Extremadura le sugiere algún sentimiento en particular?

Desde hace años visito esta tierra porque sus innumerables recursos hídricos me han hecho sentir muy a gusto en todo momento.