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El historiador Francisco García Fitz publica una nueva edición actualizada de su obra “Las Navas de Tolosa. La batalla del castigo”

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Publicada por Desperta Ferro, incluye los principales resultados de las distintas investigaciones que se han realizado desde 2005, fecha en la que vio la luz la primera edición

 

05/04/2024. El catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Extremadura, Francisco García Fitz, ha publicado con Desperta Ferro una nueva edición actualizada de su libro “Las Navas de Tolosa. La batalla del castigo”. La batalla campal, acaecida el lunes 16 de julio de 1212 en un paraje de Sierra Morena, enfrentó al ejército cristiano, liderado por el rey de Castilla Alfonso VIII, al que apoyaron otros dos reyes hispanos, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra, contra el ejército musulmán dirigido por el califa almohade Muhammad al-Násir, príncipe de los creyentes.

La obra recién publicada incluye una actualización bibliográfica y los resultados de las nuevas líneas de investigación que se han conocido en estos casi 20 años, la primera edición es de 2005. En 2012, en la conmemoración del octavo centenario de la batalla, se produjo una eclosión de producción historiográfica con la publicación de numerosos trabajos de investigación. “Esta actualización historiográfica ha servido para poner de manifiesto los avances que han experimentado nuestros conocimientos, pero también para demostrar que, respecto a lo que sabíamos en 2005, algunas consideraciones de fondo permanecen innatas”, manifiesta García Fitz.

La batalla de las Navas de Tolosa es sin duda un acontecimiento extraordinario. La batalla campal era una operación que entrañaba demasiados riesgos y que, incluso en caso de victoria, su rentabilidad territorial o militar era incierta. Por esta razón, se evitaba habitualmente. El rey Alfonso VIII desde la derrota del bando cristiano en Alarcos (1195) orquestó “una campaña para dar una batalla”, buscaba resarcirse de esa derrota, estaba obsesionado con vengarse de quienes le habían humillado. “Esta es una de las razones que explica que lo ocurrido en Navas resulte tan excepcional: desde el primer momento, desde el inicio de la organización de la campaña, la batalla campal fue concebida como el único instrumento para acabar con la fuerza del adversario”, explica el autor de la obra. La noticia de la victoria cristiana frente al ejército musulmán se difundió por toda Europa. “No encontramos otra noticia del ámbito peninsular durante toda la Edad Media que se consignara en tantas crónicas y anales europeos. Tuvo una repercusión entre los contemporáneos europeos extraordinaria”. La noticia también provocó manifestaciones inciertas y exageradas, como que la batalla supuso el declive del imperio almohade, cuando realmente ocurrió a partir de 1224 por problemas dinásticos entre aspirantes al califato dentro del imperio.

Las Navas de Tolosa fue el lugar donde se produjo el enfrentamiento entre dos grandes alianzas políticas: la liderada en el sur por los almohades norteafricanos y otra liderada en el norte por el Reino de Castilla. El libro analiza el contexto militar y el carácter ideológico de cada bando, “a esos ejércitos no solo había que movilizarlos, armarlos o alimentarlos, además había que darles razones para combatir. Había que legitimar y justificar la guerra. Para ello la ideología cumple un papel fundamental”, declara Francisco García. En el bando cristiano la ideología de base fue la cruzada: se trataba de una lucha de carácter religioso con connotaciones sagradas que estaba inspirada por dios y que ofrecía a los participantes beneficios de tipo espiritual, “quien encontrase la muerte en el campo de batalla estaría limpio de pecado y entraría en el reino de los cielos”. El bando islámico presenta una ideología con numerosos puntos de coincidencia con la cruzada. El yihad es el esfuerzo que tiene que realizar el creyente musulmán y, entre los esfuerzos, está el bélico, el sacrificio que hace el individuo para defender el islam. Morir en combate suponía la entrada directa en el paraíso.

La victoria cristiana tuvo consecuencias territoriales muy importantes porque la frontera de Castilla pasó del sur del Tajo a Sierra Morena. “Era una ganancia territorial enorme. Los cristianos habían luchado por ese territorio un siglo y medio antes y en el plazo de un mes, que fue lo que duró la campaña de las Navas, quedó resulto ese pleito territorial. Además, dejó abiertas las puertas de Sierra Morena para que los cristianos, en las décadas siguientes, entraran en el valle del Guadalquivir, en el corazón del al-Ándalus”, subraya García Fitz.

El autor ha elegido para el título de la obra “La batalla del castigo”. Los cronistas árabes denominan a la batalla "al-Iqab", “la batalla de la cuesta” por la orografía escarpada del terreno, pero también puede traducirse como “castigo”. Interpretan que la derrota es un castigo por la desviación religiosa del movimiento almohade. “Tanto desde el punto de vista cristiano como desde el punto de vista musulmán la expresión “batalla del castigo” tiene pleno sentido y responde a lo que unos y otros pensaron de lo que allí ocurrió”, sentencia García Fitz, uno de los mayores expertos internacionales sobre la batalla de Navas de Tolosa.